PALABRAS DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A UN GRUPO DE CHICOS Y CHICAS INGRESADOS
EN EL HOSPITAL PEDIÁTRICO "BAMBINO GESÙ" DE ROMA*
Salita del Aula Pablo VI
Lunes 10 de abril de 2017
El Papa, después de la presentación y de las fotos con los chicos, lee el texto de una nota que le han entregado:
«Querido Francisco, gracias por habernos encontrado, estamos contentos de estar aquí, porque nos das esperanza y valor para el mañana. Te queremos mucho -gracias- . Los chicos del Bambin Gesù»
(Aplausos)
El Papa vuelve a tomar la palabra:
Gracias por estas fotografías, por este libro, por la dedicatoria ...
Hay tantas historias. Cada uno de vosotros es una historia. No sólo los niños enfermos, sino también los médicos, las enfermeras, los que visitan, las familias ...
Voy a decir dos cosas que se me han ocurrido ahora.
Una la noté cuando vinisteis... ¿Hace dos meses? ... El 15 de diciembre del año pasado. Saludé y allí estaba la doctora Enoc que me acompañaba en el saludo, con algunos médicos, y me presentaban a las personas. Sabían los nombres de todos, de cada uno: "Este está luchando contra esta enfermedad ...". También sabían lo que estaba pasando en sus vidas. Y yo sentí –os lo dije también a vosotros– sentí, y luego retomaré lo que vosotros dijisteis, sentí que más que un hospital esto es una familia, que es una de las palabras que habéis dicho. Era más importante el nombre, la persona, y solamente al final se decía la enfermedad, pero como un accidente, algo secundario. Hay familia, ¿verdad?
Y la otra cosa la vemos ahora, ¿verdad? Tú estabas allí, te daba un poco de vergüenza levantarte y quedar mal delante de este aparato [la cámara] y la directora, que es un poco como una madre, se acercó y te dijo: "Ven", y te dio valor. Esto es bueno en una familia, es agradable ... Entrar en un hospital da siempre miedo; lo veo cuando me acerco a algunos niños, no todos, pero algunos, los más pequeños, que me ven vestido de blanco, empiezan a llorar, porque creen que soy el médico que les va a vacunar, y lloran y tienen miedo; entonces, les hago un par de caricias y se tranquilizan. Porque siempre existe la función, el hospital ... lo que se tiene que hacer ... y hay el peligro, el riesgo de olvidar el medicamento más importante que sólo una familia puede dar: ¡las caricias! Es un medicamento demasiado caro, porque para tenerlas, para darlas, tienes que poner todas tus fuerzas, todo tu corazón, todo el amor. ¡Y hay caricias donde estáis vosotros! Las caricias de los médicos, de las enfermeras, de la directora, de todos.
El Bambin Gesù, en estos últimos tiempos, ha crecido tanto y se ha convertido en una familia ... El niño, el enfermo encuentra allí una familia. Familia y comunidad, dos palabras que habéis dicho y repetido, y quiero daros las gracias, porque el Bambin Gesù es un testimonio, un testimonio humano... humano. Es un hospital católico, y para ser católico antes tienes que ser humano, y vosotros dais un testimonio humano, hoy. Por favor, seguid adelante por este camino siempre, creced en este camino.
Gracias, y antes de saludaros uno a uno, porque en una familia todos tenemos que ser educados y saludarnos, voy a pedir a la doctora Enoc que nos cuente algo acerca de los proyectos, en Siria...
Toma la palabra la doctora Enoc.
Después vuelve a tomar la palabra el Papa:
¿Habéis visto que ella ha tomado incluso el helipuerto del Vaticano? (risas), y cuando hay niños que tienen necesidad urgente de llegar al hospital, llegan en helicóptero aquí y pasan al otro lado. Sabe moverse, pero no solamente ella, todos, porque este espíritu es contagioso, y a ella también la habéis contagiado vosotros y así los unos a los otros. ¡Sois una familia! ¿Quién es más importante en una familia? La mamá, el papá, los hermanos mayores, los abuelos, los niños ... cada uno es más importante y todos vosotros sois importantes, pero siempre juntos.
Ahora, antes de saludaros, uno a uno, pediré al Señor que os bendiga.
(Bendición del Papa)
Y por favor ¡rezad por mí, no os olvidéis! Gracias.
* Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede
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