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VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO
A MONGOLIA

[31 de agosto - 4 de septiembre de 2023]

CONFERENCIA DE PRENSA DEL SANTO PADRE
DURANTE EL VUELO DE REGRESO

Lunes, 4 de septiembre de 2023

[Multimedia]

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Matteo Bruni:

Buenos días, buenos días a todos. Gracias, Santidad, por estos días intensos de encuentro con este pequeño pueblo rico en cultura en una tierra grande, como usted la ha llamado; y también con una comunidad cristiana viva, que da testimonio de su fe con frescura. Los periodistas han podido interesarse y conocer este lugar y aún tienen algunas preguntas que desearían hacerle.

Papa Francisco: 

Buenos días a todos y gracias por la compañía. Gracias por el trabajo que han hecho, mostrando con los medios de comunicación también la cultura de este pueblo, su  historia. Muchas gracias.

Matteo Bruni:

Santidad, la primera pregunta es de un periodista de Mongolia, el Sr. Dambadarjaa. 

Jargalsaikhan Dambadarjaa (The Defacto Gazete):

Muchas gracias, Santidad, por su visita a Mongolia. Mi pregunta es: ¿cuál era su principal objetivo con esta visita, y está satisfecho con el resultado?

Papa Francisco: 

Sí, la idea de visitar Mongolia surgió pensando en la pequeña comunidad católica. Hago estos viajes para visitar a las comunidades católicas y también para entrar en diálogo con la historia y la cultura de la gente, con el misticismo [espíritu] de un pueblo. Es importante que la evangelización no sea concebida como proselitismo, porque el proselitismo siempre restringe. El Papa Benedicto dijo que la fe no crece por proselitismo, sino por atracción. El anuncio del Evangelio entra en diálogo con la cultura. Hay una evangelización de la cultura y también una inculturación del Evangelio. Porque los cristianos también expresan sus valores con la cultura de su propio pueblo. Y esto es lo contrario de lo que sería una colonización religiosa. Para mí, el viaje era conocer a este pueblo, entrar en diálogo con este pueblo, recibir la cultura de este pueblo y acompañar a la Iglesia en su camino en este pueblo, con mucho respeto por la cultura del pueblo. Y estoy satisfecho de los resultados.

Matteo Bruni:

La segunda pregunta, Santidad, es del Sr. Markhaakhuu, de la televisión de Mongolia.

Ulambadrakh Markhaakhuu (ULS Suld Tv)

Hoy en día, los conflictos entre civilizaciones sólo pueden resolverse mediante el diálogo, como usted, Santidad, lo ha dicho. ¿Puede ser Ulán Bator la plataforma para un diálogo internacional entre Europa y Asia?

Papa Francisco: 

Yo creo que sí. Ustedes tienen algo muy interesante, que también favorece este diálogo. Permítanme llamarlo la "mística del tercer vecino", que les mantiene en una política de "tercer vecino". Piensan que Ulán Bator es la capital de un país muy alejado del mar, y podemos decir que su tierra está entre dos grandes potencias, Rusia y China. Y por eso vuestra mística es intentar dialogar también con los "terceros vecinos"; no por desprecio a estos dos, porque tienen buenas relaciones con ambos, sino por un anhelo de universalidad, de mostrar sus valores al mundo entero, y también de recibir de los demás sus valores, para que esto los lleve al diálogo. Es interesante que en la historia, salir a buscar otras tierras se confundió muchas veces con colonialismo, o con entrar para dominar. En cambio ustedes, con la mística del tercer vecino, tienen esta filosofía de salir a buscar para dialogar. Me gustó mucho esta expresión del "tercer vecino". Es una riqueza que ustedes tienen.

Matteo Bruni:

Gracias, Santidad. La tercera pregunta es de Cristina Cabrejas, de Efe.

Cristina Cabrejas (EFE)

Buenos días, Papa Francisco. Esta es una pregunta del grupo de lengua española. Papa Francisco, ayer usted envió un mensaje al pueblo chino, y pidió a los católicos que sean buenos ciudadanos, después de que las autoridades del país no permitieran a los obispos acudir a Mongolia. En este momento, ¿cómo están las relaciones con China?, ¿hay noticias del viaje del cardenal Zuppi a Pekín para la misión en Ucrania? Gracias.

Papa Francisco: 

La misión del cardenal Zuppi es una misión de paz que le he asignado. Y tenía previsto visitar Moscú, Kiev, Estados Unidos y también Pekín. El cardenal Zuppi es un hombre de universalidad y de gran diálogo; tiene en su historial el trabajo realizado en Mozambique por la paz y todo eso, y por eso lo envié. Las relaciones con China son muy respetuosas, muy respetuosas. Personalmente, tengo una gran admiración por el pueblo chino, es muy abierto, digamos. Para el nombramiento de obispos hay una comisión que trabaja con el gobierno chino y el Vaticano, desde hace tiempo; es un diálogo. Y luego hay algunos sacerdotes católicos o intelectuales católicos que son invitados a las universidades chinas para enseñar. Hay un discurso abierto, en ese sentido. Creo que tenemos que ir más allá en el aspecto religioso, para entendernos más. Que los ciudadanos chinos no piensen que la Iglesia no acepta su cultura y sus valores, y que la Iglesia depende de otra potencia extranjera. Y este camino amistoso lo está haciendo bien la comisión presidida por el cardenal Parolin; están haciendo un buen trabajo, también por parte de China están haciendo un buen trabajo; las relaciones están así, en camino, digámoslo en una palabra. Tengo un gran respeto por el pueblo chino.

Luego, ¿qué otra cosa preguntó?

Matteo Bruni:

Se trataba de Zuppi, si hay alguna noticia sobre la misión del cardenal Zuppi.

Papa Francisco: 

Eso fue lo que dije al principio. Sigamos adelante.

Matteo Bruni:

Gracias, Santidad. La cuarta pregunta es de Gerry O'Connell, de America Magazine.

Gerard O'Connell (America Magazine) 

Santidad, dado que las relaciones entre la Santa Sede y Vietnam son bastante positivas, han dado un notable paso adelante recientemente, muchos católicos vietnamitas piden que usted les visite, como hizo en Mongolia. Mi pregunta es: ¿existe ahora la posibilidad de que visite Vietnam, hay alguna invitación del gobierno para ello? Y ¿qué otros viajes tiene previstos? Muchas gracias.

Papa Francisco: 

Vietnam es una de las experiencias de diálogo más hermosas que ha tenido la Iglesia en los últimos tiempos. Yo diría que, no sé, es como una simpatía en el diálogo. Ambas partes han tenido la buena voluntad de entenderse y buscar caminos para avanzar. Ha habido problemas, pero en Vietnam veo que tarde o temprano los problemas se superan. Hace poco encontré el Presidente de Vietnam y hemos hablado con libertad. Veo con muy buenos ojos las relaciones con Vietnam. Hace años que se trabaja bien en este sentido.

Recuerdo – creo que hace cuatro años – que un grupo de parlamentarios vietnamitas vino a visitar al Papa; tuvimos un diálogo agradable con ellos, muy respetuoso. Cuando una cultura se abre, hay posibilidad de diálogo; si en cambio hay cerrazón o sospecha, el diálogo es muy difícil. Con Vietnam diría que el diálogo está abierto, con sus altibajos, pero está abierto y poco a poco vamos avanzando. Ha habido algunos problemas, pero se han resuelto. 

Luego los viajes a Vietnam: si no voy yo, seguro que irá Juan XXIV. Es seguro que irá, porque es una tierra que merece seguir adelante, que tiene mi simpatía. Otros viajes: Marsella; y luego hay uno en un pequeño país de Europa que estamos viendo si podemos hacerlo. Pero, te diré la verdad, para mí hacer un viaje ahora no es tan fácil como al principio, hay limitaciones para caminar y eso lo condiciona. Pero vamos a ver.

Matteo Bruni:

Gracias, Santidad. La otra pregunta viene de Fausto Gasparroni, de ANSA, del grupo italiano.

Fausto Gasparroni (ANSA)

Santidad, le hago esta pregunta en nombre del grupo de lengua italiana. Recientemente han suscitado debate ciertas declaraciones suyas dirigidas a jóvenes católicos rusos sobre la gran madre Rusia, el legado de figuras como Pedro el grande y Catalina II. Unas declaraciones que, digamos, han irritado mucho, por ejemplo, a los ucranianos, han tenido también consecuencias en el ámbito diplomático y se han visto casi como una exaltación del imperialismo ruso y una especie de aval a las políticas de Putin. Quería preguntarle a usted, ¿por qué sintió la necesidad de hacer estas declaraciones, si consideró oportuno hacerlas, si las repetiría; y también, en aras de la claridad, si puede decirnos qué piensa de los imperialismos y, en particular, del imperialismo ruso?

Papa Francisco: 

Tomemos en consideración donde se hizo: fué en un diálogo con jóvenes rusos. Al final del diálogo les di un mensaje, un mensaje que siempre repito: que se hagan cargo de su herencia. Esto primero: que se hagan cargo de su herencia. Lo mismo digo en todas partes. Y con esta visión también intento hacer el diálogo entre abuelos y nietos: que los nietos se hagan cargo de la herencia. Esto lo digo en todas partes, y este ha sido el mensaje. Un segundo paso, explicitar la herencia: he dicho lo de la gran Rusia, porque la herencia rusa es muy buena, es muy hermosa. Piensen en el campo de la literatura, en el campo de la música, hasta llegar a un Dostoievski que hoy nos habla de un humanismo maduro; se ha asumido este humanismo, que se ha desarrollado, en el arte y en la literatura. Este sería un segundo plano, de cuando hablé de la herencia. El tercero, tal vez no ha sido feliz, pero hablando de la gran Rusia en el sentido no tanto de la geografía, sino de la cultura, me acordé de lo que nos enseñaron en la escuela: Pedro I, Catalina II, y ha sido este tercer aspecto, que quizá no sea del todo correcto, no lo sé, que nos lo digan los historiadores, pero fue un añadido que se me ocurrió porque lo había estudiado en la escuela. Pero lo que les dije a los jóvenes rusos es que se hicieran cargo de su propia herencia, que tomaran su propia herencia, lo que significa no "ir a comprarla" a otra parte, ¿saben? hacerse cargo de la propia herencia. ¿de cual herencia? La de la gran Rusia: la cultura rusa es de una belleza, de una profundidad muy grande, y no debe borrarse por problemas políticos. Han tenido años oscuros – políticos – en Rusia, pero la herencia siempre ha permanecido así, disponible.

Luego, usted habla del imperialismo. En realidad, no estaba pensando en el imperialismo cuando dije eso, estaba hablando de la cultura, y la transmisión de la cultura nunca es "imperial", nunca; siempre es un diálogo, y estaba hablando de eso. Es cierto que hay imperialismos que quieren imponer su ideología. Me detendré aquí: cuando la cultura se “destila” y se transforma en ideología, ése es el veneno. Se utiliza la cultura, pero destilada en ideología. Esto hay que distinguirlo: cuando se trata de la cultura de un pueblo y cuando se trata de las ideologías que surgen de algún filósofo, de algún político de ese pueblo. Y esto lo digo para todos, también para la Iglesia: a veces se instalan ideologías dentro de la Iglesia, que separan a la Iglesia de la vida que surge de la raíz y va hacia arriba; separan a la Iglesia de la influencia del Espíritu Santo. Una ideología es incapaz de encarnarse, es sólo una idea. Pero cuando la ideología toma fuerza y se convierte en política, suele convertirse en dictadura, se vuelve incapaz de dialogar, de avanzar con las culturas. Y los imperialismos hacen esto. El imperialismo siempre se consolida sobre la base de una ideología. Hay que distinguir también en la Iglesia entre doctrina e ideología: la verdadera doctrina nunca es ideológica, nunca; está enraizada en el santo pueblo fiel de Dios; en cambio la ideología está desvinculada de la realidad, desvinculada del pueblo. No sé si he respondido.

Matteo Bruni:

Gracias, Santidad. La otra pregunta es de Robert Messner, de la Dpa.

Robert Messner (DPA) 

Buenos días. Tengo una pregunta sobre la actualización de su encíclica Laudato si'. Quería preguntarle si su implicación en la protección del medio ambiente y esta actualización pueden entenderse quizá como una muestra de solidaridad con grupos de activistas medioambientales como la "Última generación", estos que hacen protestas espectaculares. ¿Puede entenderse como una muestra de solidaridad, y tal vez haya también un mensaje en esta actualización para los jóvenes activistas, los jóvenes que salen a la calle? Muchas gracias.

Papa Francisco: 

De alguna manera en general, no estoy de acuerdo con estos extremistas. Pero los jóvenes están preocupados, ¡porque es su futuro! Un buen científico, un italiano, cuando tuvimos una reunión en la Academia [de Ciencias] hizo un bonito discurso y terminó así: "No me gustaría que mi nieta, que nació ayer, viviera en un mundo tan feo dentro de treinta años". Los jóvenes piensan en el futuro. Y en ese sentido me gusta que luchen bien. Pero, cuando una ideología o una presión política se impone o se utiliza para eso, no está bien. Mi Exhortación apostólica, que saldrá el día de san Francisco, el 4 de octubre, es un repaso de lo que ha pasado desde la Cop de París, que quizás ha sido la más fructífera hasta la fecha. Hay algunas noticias sobre algun Cop y sobre algunas cosas que todavía no se han resuelto y hay urgencia por resolverlas. No es tan extensa como la Laudato si', pero es un hacer avanzar a Laudato si’ en cosas nuevas. Y también es un análisis de la situación.

Matteo Bruni:

Gracias. A continuación, hay una pregunta de los periodistas del grupo francófono, los periodistas, Etienne Loraillère.

Etienne Loraillère (KTO Tv)

Buenos días, Santidad. Usted desea una Iglesia sinodal, en Mongolia y en el mundo. La asamblea de octubre es ya el fruto del trabajo del pueblo de Dios. ¿Cómo pueden participar en esta etapa los bautizados de todo el mundo? ¿Cómo evitar la polarización ideológica? ¿Y podrán los participantes hablar y compartir públicamente lo que están viviendo, para caminar con ellos? ¿O todo el proceso será secreto? Gracias.

Papa Francisco: 

Usted ha hablado de cómo evitar las presiones ideológicas: es lo mismo. En el Sínodo no hay lugar para la ideología, es otra dinámica. El Sínodo es diálogo, entre los bautizados, entre los miembros de la Iglesia, sobre la vida de la Iglesia, sobre el diálogo con el mundo, sobre los problemas que afectan hoy a la humanidad. Pero cuando se piensa de manera ideológica, ¡se acaba el Sínodo! En el Sínodo no hay lugar para la ideología; hay lugar para el diálogo, para confrontarse entre hermanos y hermanas y para confrontarse con la doctrina de la Iglesia. Y para avanzar. Luego, quiero subrayar que este Sínodo no es una invención mía: fue san Pablo VI, cuando terminó el Concilio Vaticano II, quien se dio cuenta de que en Occidente, la Iglesia occidental, digamos, había perdido la dimensión sinodal. La Iglesia de Oriente la tiene. Por eso creó la Secretaría del Sínodo de los Obispos, que en estos sesenta años ha llevado la reflexión de manera sinodal, con un progreso continuo, avanzando. Cuando se cumplieron 50 años de esta decisión de san Pablo VI, publiqué, firmé un documento sobre lo que es el Sínodo, sobre lo que se ha hecho. Y ahora ha avanzado, ha madurado más, y por eso me pareció muy bien tener un Sínodo sobre la sinodalidad en la Iglesia – que no es una moda, es una cosa antigua, la Iglesia oriental la ha tenido siempre –: cómo vivir la sinodalidad y vivirla como cristiano, como decía antes, sin caer en ideologías. No sé si he respondido a eso o había algo más.

Etienne Loraillère

¿El proceso de la asamblea será secreto o no?

Papa Francisco: 

Hay algo que debemos preservar: el ambiente sinodal. Esto no es un programa de televisión en el que hablamos de todo. No. Hay un momento religioso, hay un momento de intercambio religioso. Dense cuenta que en los discursos sinodales cada uno habla durante tres o cuatro minutos, y luego hay tres o cuatro minutos de silencio para la oración. Luego otros tres, y oración. Sin este espíritu de oración no hay sinodalidad, es política, hay parlamentarismo. El Sínodo no es un parlamento. Sobre el secreto: hay un departamento dirigido por el doctor Ruffini, que está aquí, que hará los comunicados de prensa sobre la marcha del Sínodo. En un Sínodo hay que custodiar la religiosidad y mantener la libertad de las personas que hablan. Por eso hay una comisión, presidida por el Dr. Ruffini, que hará la información sobre el desarrollo del Sínodo.

Matteo Bruni:

La otra pregunta viene de Antonio Pelayo, a quien conoce bien, de Vida Nueva.

Antonio PELAYO (Vida Nueva)

Santo Padre, usted acaba de hablar del Sínodo y todos estamos de acuerdo con usted en que este Sínodo suscita mucha curiosidad e interés. Pero lamentablemente también suscita muchas críticas, que provienen de los ambientes católicos; quiero referirme a un libro prologado por el cardenal Burke, que dice que el Sínodo es la caja de Pandora de la que saldrán todas las calamidades para la Iglesia. ¿Qué opina de esta postura? ¿Y cree que será una postura superada por la realidad o que condicionará el Sínodo?

Papa Francisco: 

No sé si lo he dicho ya otras veces. Hace unos meses llamé a una Carmelita: "¿Cómo están las monjas, madre superiora?", le dije a la Priora que me contestó. Y al final me dice – una carmelita no italiana –: "Santidad, tenemos miedo con el Sínodo". “¿pero, qué paso? ¿quieren enviar una monja al Sínodo?", le dije bromeando. Ella dice: “No, tenemos miedo de que nos cambien la doctrina”. Eso es lo que dice ella; existe esta idea. Pero si vas a la raíz de estas ideas, encontrarás ideologías. Siempre, cuando en la Iglesia se quiere atacar el camino de la comunión, lo que atacan siempre es una ideología. Y acusan a la Iglesia de esto o de aquello, pero nunca la acusan de lo que es verdad: que es pecadora. Nunca dicen: “Es pecadora”. Defienden una “doctrina”, entre comillas, que es una doctrina como el agua destilada, no sabe a nada, y no es la verdadera doctrina católica, que está en el Credo. Es que muchas veces la verdadera doctrina católica escandaliza, como escandaliza la idea de que Dios se hizo carne, que Dios se hizo hombre, que la Virgen conservó su virginidad. Esto escandaliza. La doctrina católica a veces escandaliza. Las ideologías son todas destilaciones, nunca escandalizan.

Matteo Bruni:

Gracias, Santidad. Tal vez hagamos otro cambio de guardia aquí. Le pido a Cindy Wooden que venga para la otra pregunta.

Cindy WOODEN (CNS)

Buenos días, Santidad. Me gustaría seguir un poco la pregunta de mi colega francés sobre el Sínodo y la información. Numerosos fieles laicos han dedicado tiempo, han rezado, se han involucrado hablando, escuchando. Quieren saber lo que ocurre durante el Sínodo, la asamblea. Y usted habló de su experiencia del Sínodo sobre los religiosos, durante el cual algunos del Sínodo habían dicho "no pongas esto", "pon esto otro", "no puedes decir esto". Como nosotros, los periodistas, si no tenemos acceso al menos a la asamblea y a las sesiones generales, ¿cómo podemos estar seguros de que lo que se nos da como "papilla" (información) es verdad? ¿No hay la posibilidad de que sea un poco más abiertos con los periodistas?

Papa Francisco: 

No, está muy abierto, querida, ¡está muy abierto! Hay una comisión presidida por Ruffini que dará la noticia todos los días: más abierto no sé, más abierto no sé. Y lo bueno es que esta comisión será muy respetuosa con las intervenciones de todos, e intentará no hacer chismorreo, sino decir las cosas sobre la marcha sinodal que sean constructivas para la Iglesia. Si alguien quiere que la noticia sea: “este está enfadado con aquel otro por esto o aquello...”, eso es chàchara política. No, la comisión tiene una tarea difícil, que es decir: “Hoy la reflexión va por aquí, va por allá”, y transmitir el espíritu eclesial, no el espíritu político. Un parlamento es diferente de un sínodo. No olviden que el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo. Y cómo hay que transmitir eso, para eso hay que transmitir el desarrollo eclesial. Pero gracias, gracias por tener el valor de decirlo.

Matteo Bruni:

Gracias. Otra pregunta viene de Enzo Romeo, de Tg2. Después tal vez podamos cerrar.

Vincenzo Romeo (RAI TG 2)

Buenos días, Santidad. Usted es el Papa de las periferias, y las periferias, especialmente en Italia y en este momento, están sufriendo mucho. Hemos tenido episodios de gran preocupación, de violencia, de degradación. Por ejemplo, cerca de Nápoles, donde un párroco, don Patriciello, incluso le invitó a ir; luego en Palermo. En esto, ¿qué se puede hacer? Usted visitaba las villas miserias de Buenos Aires, así que tiene experiencia en esto. Luego también fue nuestra Primera Ministra a visitar uno de estos suburbios, así que hay mucha discusión. ¿Qué se puede hacer, en su opinión, qué pueden hacer la Iglesia, las instituciones, el Estado para superar esta degradación y hacer que los suburbios sean realmente parte de un país?

Papa Francisco: 

Sí, tú con eso te refieres a las periferias, a las barriadas. Hay que seguir adelante, ir allí y trabajar allí, como se hacía en Buenos Aires con los curas que trabajaban allí. Es un equipo de curas con un obispo auxiliar a la cabeza y se trabaja allí. Tenemos que estar abiertos a esto, los gobiernos tienen que estar abiertos, todos los gobiernos del mundo. Pero hay periferias que son trágicas. Vuelvo a una periferia escandalosa que intentan tapar: la de los rohingya. Los rohingya sufren, no son cristianos, son musulmanes, pero sufren porque los han convertido en periferia, los han expulsado. Hay que ver los distintos tipos de periferias; y también aprender que en las periferias la realidad humana es más evidente y menos sofisticada, los malos momentos, no quiero idealizar, pero se perciben mejor. Un filósofo dijo una vez algo que me impactó: "La realidad se entiende mejor desde las periferias". La realidad se entiende mejor allí. Tenemos que dialogar con las periferias y los gobiernos tienen que hacer verdadera justicia social, verdadera justicia social, con las distintas periferias sociales y también con las periferias ideológicas. Ir a interrelacionarse, ahí, porque muchas veces es alguna periferia ideológica la que provoca  las periferias sociales. El mundo de las periferias no es fácil. Gracias.

Matteo Bruni:

Tal vez podamos terminar aquí, también porque hay servicio a bordo y está empezando a ponerse un poco turbulento. Buen trabajo a todos.



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