JUAN PABLO II
REGINA COELI
Domingo, 28 de abril de 1985
"Tengo además otras ovejas... también a éstas las tengo que traer" (Jn 10, 16).
En el centro de la liturgia del tiempo pascual hoy se yergue la figura del Buen Pastor. Cristo que "entrega su vida" en el sacrificio de la cruz y revela en la resurrección su poder de "recuperarla" (Jn 10, 17) es el Buen Pastor de todos los hombres.
La vida nueva revelada en su resurrección es al mismo tiempo "vida para nosotros", don para todos.
En Jesucristo nos nutre el Padre Eterno con esta vida divina. La injerta en nuestras almas. Y de este modo Cristo camina continuamente en la historia del hombre como Buen Pastor.
2. Cristo-Buen Pastor es a la vez una inspiración continua para la Iglesia.
Desde el principio la Iglesia ha sido llamada a compartir con Él —Buen Pastor— la solicitud por la vida de Dios en las almas humanas: por esta vida que es prenda de inmortalidad, prenda de la vida eterna del hombre en Dios.
3. Aquí tiene su principio la vocación cristiana con toda su riqueza y con cada forma concreta a un tiempo. Cristo, Buen Pastor, nos da una motivación peculiar para las vocaciones sacerdotales y religiosas entre el Pueblo de Dios.
Precisamente por referencia a ello, este domingo es la Jornada principal de las vocaciones en toda la Iglesia.
4. En la oración del "Regina coeli" nos dirigimos a la Engendradora de Dios, Madre del Señor resucitado, y le suplicamos fervientemente, como a Madre de la Iglesia, que interceda por la promoción de esta causa importante.
Acerque Ella la figura del Buen Pastor a muchos corazones jóvenes a fin de que quieran seguirle y guiar a otros.
El Buen Pastor en cada generación tiene "otras ovejas" que "debe traer" y en cada generación va en busca de quienes compartan su solicitud evangélica: la solicitud pastoral por las almas de los hombres.
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