VIAJE APOSTÓLICO A LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS ENFERMOS EN EL SEMINARIO DE QUIGLEY SOUTH

Chicago, Illinois
Viernes 5 de octubre de 1979

Queridos hermanos y hermanas:

He deseado dirigir un cordial saludo a todos los enfermos, a los que están en cama y a los imposibilitados, en el nombre del Señor Jesús, que fue El mismo "varón de dolores, familiarizado con el sufrimiento" (Is 53, 3).

Me habría gustado saludaros uno por uno, bendeciros a todos individualmente y hablar con vosotros —con cada uno de vosotros personalmente— sobre Jesús, Aquel que tomó sobre Sí todo el sufrimiento humano para poder traer la salvación al mundo entero. Dios os ama como a sus hijos privilegiados. Por dos razones sois mis hermanos y hermanas de un modo muy especial: por el amor de Cristo que nos une, y particularmente porque vosotros compartís tan profundamente el misterio de la cruz y de la redención de Jesús.

Gracias por el sufrimiento que soportáis en vuestros cuerpos y en vuestros corazones. Gracias por vuestro ejemplo de aceptación, de paciencia y de unión con el sufrimiento de Cristo. Gracias por completar "lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24).

Que la paz y la alegría del Señor Jesús estén siempre con vosotros.