MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
AL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE ETIOPÍA Y ERITREA
A mi venerable hermano
Berhane-Yesus Demerew Souraphiel, c.m.
Arzobispo de Addis Abeba
Presidente de la Conferencia episcopal de Etiopía y Eritrea
En este tiempo de sufrimiento, estoy particularmente cercano a todos los obispos de la Conferencia episcopal de Etiopía y Eritrea y a quienes están encomendados a su solicitud pastoral.
Al agravarse el conflicto, muchos inocentes, hambrientos y desamparados, se ven forzados a abandonar sus hogares y su tierra; no puedo menos de pedir a quienes ejercen el poder que les eviten ulteriores sufrimientos y respeten la integridad territorial de sus países. Ruego diariamente al Señor para que los hombres de buena voluntad reanuden el diálogo mediante el respeto de los principios del derecho internacional y para que les guíe el espíritu de la sabiduría divina, a fin de que se conviertan en instrumentos de paz.
Deseo asegurarle que la Santa Sede seguirá solicitando a la comunidad internacional que contribuya a buscar condiciones que permitan una tregua y la circulación de la ayuda humanitaria.
África tiene derecho a la paz y a la solidaridad, y en especial estos dos países, herederos de una rica tradición de cultura cristiana, que durante mucho tiempo han vivido juntos, con mutuo respeto y armonía.
Lo saludo afectuosamente en el Señor y le imparto mi bendición apostólica como prenda de paz en nuestro Salvador resucitado.
Vaticano, 23 de mayo de 2000
JUAN PABLO II
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