DISCURSO DE JUAN PABLO II
AL PERSONAL DE LAS VILLAS PONTIFICIAS
Sábado 20 de septiembre de 2002
Amadísimos hermanos y hermanas:
Al terminarse ya mi estancia estiva en Castelgandolfo, me agrada acogeros en esta visita de despedida, que me brinda la oportunidad de expresaros a cada uno mi profunda gratitud por el trabajo que realizáis aquí.
Saludo al director general de las Villas pontificias, doctor Saverio Petrillo, al que agradezco las amables palabras que me ha dirigido. Saludo, además, a todo el personal. Queridos hermanos, el Señor, fuente de todo bien, os recompense por la generosa dedicación y por el espíritu de sacrificio con que contribuís a hacer confortable y reposante mi estancia en Castelgandolfo. Seguid dando un testimonio diario de vuestra fe, expresando vuestra pertenencia a Cristo en todo ambiente. A todos aseguro un recuerdo constante en la oración. Y ahora, como signo de mi constante benevolencia y con mis deseos más cordiales de una vida serena y laboriosa, os imparto de corazón a cada uno de vosotros aquí presentes y a vuestras familias una particular bendición apostólica.
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