ALOCUCIÓN DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II
AL PRESIDENTE DE MALTA, EDWARD FENECH ADAMI
Viernes 25 de junio de 2004
Señor presidente:
Me complace darle la bienvenida al Vaticano al comienzo de su mandato, y a través de usted envío mi cordial saludo al pueblo de Malta. Su visita de hoy tiene lugar en un momento importante de la historia de su país. Al ocupar Malta el lugar que le corresponde en la Unión europea, desempeña un papel vital para mantener la identidad profundamente cristiana de este continente. A este respecto, quiero expresarle el sincero aprecio de la Santa Sede por el apoyo que dieron su excelencia y el Gobierno de Malta para la inclusión de una referencia a las raíces cristianas de Europa en el preámbulo del tratado constitucional de la Unión europea.
Desde el tiempo de san Pablo, Malta ha sido famosa por su firme adhesión a la fe. Ruego para que persevere en esta fe, y confío en que el pueblo maltés, bien conocido por su amor a la Iglesia y, en particular, por su gran respeto a la vida familiar, llevará a otros a un aprecio más profundo del mensaje liberador del Evangelio.
Sobre usted y sobre todo el amado pueblo de Malta invoco cordialmente las abundantes bendiciones divinas de prosperidad, alegría y paz.
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