MENSAJE DE SU SANTIDAD JUAN XXIII
A LA JUVENTUD CATÓLICA DE PORTUGAL
Domingo 28 de abril de 1963
Amados hijos e hijas de la Juventud Católica de Portugal:
Unidos espiritualmente a vuestros hermanos y hermanas jóvenes de todo el mundo, quisisteis también vosotros aplicaros al estudio de la encíclica Mater et Magistra. Por eso vinisteis a Lisboa, al encuentro de la juventud en presencia del episcopado de vuestro país.
Nos sentimos felices de saludaros con paternal afecto y gran complacencia por el interés que demostráis en profundizar en el estudio de la doctrina social de la Iglesia, y por la solicitud en hacerla penetrar, como fermento vivificante, en las estructuras de la sociedad.
El tema propuesto en esta circunstancia “Los jóvenes escogen a Dios”, refleja con claridad vuestros sentimientos, vuestras aspiraciones, vuestros ideales, que están contenidos en el propio nombre con que os adornasteis “Juventud Católica”, esto es, juventud creyente, operante, ejemplar y que, con ardor, busca en las fuentes de la vida sobrenatural el alimento cotidiano para su propia elevación espiritual y acción conquistadora.
No ignoráis, amados hijos e hijas, cómo en todos los tiempos el hombre se encontró expuesto a graves peligros, a punto de olvidar su origen y su fin. Ahora, la mayor parle de la juventud de todos los países del mundo busca en Dios luz de orientación, seguridad de doctrina, paz de conciencia, justicia y caridad difundidas en cualquier orden y sector de la convivencia humana. Y porque fue testigo de experiencias que para nada valieron, ella se vuelve hacia el Padre de las luces con alma grande y confiada. Tal es vuestra elección, vuestro programa de vida y de apostolado, siguiendo las pisadas de aquellos que, en las filas de vuestras asociaciones os precedieron con la señal de la fe. Deus Dominus, et illuxit nobis (Ps 117, 27).
Nos es grato confirmar nuestra paternal confianza en los jóvenes, en cuyas manos está el futuro del mundo. Animados por la fe viva, por la fidelidad en la oración, con una vida interior engrandecida por la comunión con Jesús Eucaristía, “camino, verdad, vida”, los jóvenes sabrán dar su hermoso testimonio y ser, mediante su ejemplo, el canal que conducirá a tantas almas, tan alejadas de Dios, hacia la doctrina de vida que, con ansia, ellas esperan.
Os acompañen, por tanto, en los días de este encuentro y durante toda vuestra vida los votos de aliento que nos salen del corazón, y deseando ardientemente para cada uno de vosotros y para la Juventud Católica de Portugal que: Deus autem spei repleta vos omni gaudio... Deus autem pacis sit cum omnibus vobis (Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo... Que el Dios de la paz sea con todos vosotros. Rm 15, 13, 33).
Que la bendición apostólica, que con efusiva benevolencia os concedemos, sea prenda confortadora de los favores y predilecciones celestiales.
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