DISCURSO DEL PAPA PABLO VI 
AL NUEVO EMBAJADOR DE IRLANDA
ANTE LA SANTA SEDE*

Lunes 12 de diciembre de 1966

Con sincero placer Nos aceptamos vuestras Cartas Credenciales de Embajador de Irlanda ante esta Santa Sede. Esta ceremonia hace revivir en Nos felices recuerdos: Nuestras visitas a la Isla de Esmeralda, la hospitalidad y la cordialidad de su pueblo, la presencia aquí, en varias solemnes ocasiones, del venerable Presidente de Irlanda, y la admirable devoción y dedicación del inmediato predecesor de Vuestra Excelencia, el señor Commins.

El pueblo irlandés ha permanecido fiel durante quince siglos a la fe de sus antepasados. Y éstos no conservaron celosamente esta fe para ellos solos, sino que "su voz se expandió por toda la faz de la tierra, y sus palabras llegaron hasta los confines del mundo" (Salmos, XVIII, 5). Que el Espíritu Santo continúe haciendo surgir en Irlanda numerosas vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa, suficientes para el ministerio en vuestro pueblo, y para hacer llegar hasta las más lejanas comarcas la fe, los Sacramentos y la gracia de Cristo.

Nos os rogamos que tengáis la amabilidad de hacer llegar a Su Excelencia el Presidente de Irlanda y al Gobierno, Nuestro agradecimiento por su activo interés y por sus esfuerzos para apoyar y promover los desvelos de esta Santa Sede en favor de la paz mundial y de la fraternidad internacional.

A Vuestra Excelencia y a su familia y colaboradores, al Jefe del Estado, al Gobierno y al pueblo irlandés, en prenda de ricas y abundantes gracias divinas, impartimos afectuosamente Nuestra paternal Bendición Apostólica.

*ORe (Buenos Aires), año XVI, n°737, p.3.