ALOCUCIÓN DE SU SANTIDAD PÍO XII
A UN NUMEROSO GRUPO DE JÓVENES ESPAÑOLAS
DE LA SECCIÓN FEMENINA
Miércoles 25 de octubre de 1950
Entre tantos y tantos amados hijos e hijas, como también hoy Nos han querido venir a ver, destaca el numeroso grupo —¡un buen millar!— de jóvenes españolas, que Nos traen la representación simbólica de todas las regiones y de todos los productos de aquella España tan amada por el Papa. Bienvenidas, hijas amadísimas, y mil gracias.
Jóvenes españolas: si es verdad que os preciáis de serlo cien por cien —como vosotras decís— acordaos que la española ha sido siempre graciosa, pero modesta; bulliciosa, pero recatada; chispeante de ingenio, pero obsequiosa y sumisa a las verdades de la fe. sinceramente vividas. En el cristiano hogar español cuenta todavía con una influencia decisiva para hacerle seguir siendo el santuario cristiano que siempre fue. Ahí está la base de esa restauración nacional, que vuestra Sección Femenina pretende; en la restauración religiosa. Pues no se podrá nunca olvidar que, en los días grandes, en España las mujeres se llamaban Isabel de Castilla o Teresa de Jesús; y este mismo Año jubilar Nos hemos tenido el consuelo de elevar a los altares a dos españolas: Soledad Torres Acosta y Vicenta María López y Vicuña.
Las gracias jubilares os ayudarán a imitar ideales tan altos. A ellas unimos ahora, hijas amadísimas. una especial Bendición Nuestra. que hacemos extensiva a todas vuestras hermanas de España, a vuestros pudres, parientes y amistades y a toda vuestra y Nuestra queridísima España.
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