MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS PRESIDENTES DE ARGENTINA Y CHILE
Señor Presidente,
Quiero dirigir mi atención al inminente encuentro entre los señores Cancilleres de Argentina y Chile con la viva esperanza de ver superada la controversia que divide a vuestros Países y que tanta angustia causa en mi ánimo.
Ojalá el coloquio allane el camino para una ulterior reflexión, la cual, obviando pasos que pudieran ser susceptibles de consecuencias imprevisibles, consienta la prosecución de un examen sereno y responsable del contraste. Podrán prevalecer así las exigencias de la justicia, de la equidad y de la prudencia, como fundamento seguro y estable de la convivencia fraterna de vuestros pueblos, respondiendo a su profunda aspiración a la paz interna y externa, sobre las cuales construir un futuro mejor.
El diálogo no prejuzga los derechos y amplía el campo de las posibilidades razonables, haciendo honor a cuantos tienen la valentía y la cordura de continuarlo incansablemente contra todos los obstáculos.
Será una solicitud bendecida por Dios y sostenida por el consenso de vuestros pueblos y el aplauso de la Comunidad internacional.
Inspira mi llamado el afecto paterno que siento por esas dos Naciones tan queridas y la confianza que me viene del sentido de responsabilidad del que hasta ahora han dado prueba y de la que espero un nuevo testimonio.
Con mis mejores votos y mi Bendición.
Vaticano, 12 de diciembre de 1978.
IOANNES PAULUS PP. II
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